El cuidado de la salud de tu caballo es fundamental para asegurar que nuestros animales tengan una vida larga y con una calidad buena que les permita hacer diferentes actividades a pleno rendimiento, hoy en Seguros para Caballos queremos darte algunos detalles y recomendaciones sobre ese tema.
Controlar la salud de tu caballo
En nuestro blog dedicado al mundo del caballo queremos ayudarte a que detectes las posibles afecciones más comunes que puede sufrir tu caballo, así como a preparar y equipar un botiquín de primeros auxilios que te ayude a solventar, de manera rápida, las mismas. ¡Toma nota y aprende cómo actuar ante los primeros síntomas!
¿Cómo saber si tu caballo está enfermo?
En MV Aseguradores, especialistas en seguros para caballos sabemos que hay diferente síntomas que nos indican que nuestro caballo puede estar sufriendo algún tipo de dolencia o enfermedad. Estos son los más comunes que suelen darse lugar en casi todo caballo enfermo, generalmente en casos de gravedad media o alta, y que su dueño puede observar de manera muy obvia:
- La respiración y/o pulso se aceleran: Hay que tener en cuenta que la respiración de un caballo con una salud buena, varía entre las 8 y las 12 inspiraciones por cada minuto, lo que genera que el pulso aproximado de tu caballo es aproximadamente de 36-42 latidos por cada minuto.
- El animal nos muestra un carácter extraño, con una actitud completamente diferente a la que suele adoptar normalmente.
- Si presenta síntomas de dolor físico evidentes.
- Cuando la temperatura corporal del animal es mayor de 38º C. Ya que esta alta temperatura nos indica que se está produciendo algún tipo de infección en su cuerpo.
- El caballo se tumba en el suelo constantemente: No es capaz de caminar durante un tiempo seguido.
- Se queda quieto, se muestra cansado, fatigado y con una gran apatía hacia cualquier tipo de actividad.
- Las heces del animal son pequeñas, líquidas o nos muestran un color extraño. Igualmente estos síntomas pueden darse simplemente en la orina, que se muestra de un color extraño.
- Cojera: Es uno de los síntomas más obvios y más fáciles de detectar. Si tu caballo cojea lo más seguro es que tiene una herida o un problema de carácter físico mayor. Este síntoma puede indicar una enfermedad de carácter leve, como un problema en una herradura o pequeñas heridas en sus patas.
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¿Cómo preparar el botiquín de primeros auxilios para tu caballo?
Teniendo siempre a mano un botiquín de primeros auxilios y asegúrate de su correcta higiene
Desde seguroparacaballos te recomendamos los elementos que siempre debes incluir en tu botiquín:
- Aceite de ricino: ideal para reblandecer.
- Agua oxigenada: perfecta para las heridas punzantes del casco del caballo.
- Algodón estéril, del tamaño empleado en el hospital.
- Antiséptico: es útil para la limpieza de las heridas.
- Bolsa de frío instantáneo: pueden sustituirse por manoplas de hielo.
- Gasas estériles de diferentes tamaños.
- Linimento para golpes, para endurecer la piel que ha sufrido una rozadura o mataduras que han sido ocasionadas por la cincha, una vez ha sido curada la herida.
- Sal de mesa.
- Sulfato de magnesio y glicerina, preferiblemente en pomada.
- Termómetro: elemento fundamental para controlar la temperatura del animal en todo momento.
- Tijeras.
- Vendas de varios tamaños: son útiles aunque su uso no sustituye la visita inmediata al veterinario para solucionar bien el problema de raíz.
¿Cómo hacer frente a las heridas pequeñas que pueda tener tu caballo?
¿Qué son y con que frecuencia pueden afectar a tu caballo?Se trata de heridas bastante frecuentes en todos los caballos, sin embargo, suelen producirse tras largas jornadas de trabajo. Una vez detectada la herida, debemos proceder a su limpieza a fondo y curarla cuanto antes, puesto que pueden convertirse en un foco de infección que conlleve la aparición de dificultades que son del todo evitables. También se deberá evitar que el caballo las toque.
¿Cómo puedo tratarlas?
Su cura no es demasiado complicada y no necesita de la intervención directa de veterinario, salvo que surjan complicaciones tras el tratamiento efectuado.
En primer lugar, rociaremos agua fría sobre la herida, de manera suave, provocando la contracción de los vasos sanguíneos, mientras que el flujo continuo de agua ayudará a eliminar también toda la suciedad acumulada sobre la zona afectada, y la sangre coagulada.
La limpieza es fundamental para saber si la herida necesitará puntos para cerrarse, para lo cual necesitaríamos la intervención de un veterinario. En caso de sí ser necesarios los puntos, la herida se tapará con un suave vendaje hasta poder acudir al especialista.
En caso contrario, de tratarse de una herida superficial: se lavará la herida y las zonas que la rodean con una solución salina. Esta puede prepararse de manera sencilla con una cucharada de sal disuelta en un litro de agua. Tras estos deberá de ser protegida con pomada de cinc o con aceite de ricino, y la vendaremos con una gasa, para frenar la hemorragia y a su vez evitar la infección de la misma.
Y tú, ¿cuáles son las herramientas y los fármacos imprescindibles para el cuidado de tu caballo? Envíanos tus comentarios, sugerencias, trucos o dudas a través de comentarios en el blog o por correo electrónico. Además te invitamos a que te unas a nuestra comunidad de Facebook y sigas nuestro Twitter para estar siempre al corriente de las últimas novedades en relación a la salud de tu caballo y otros aspectos.
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